La ciudad de Naqa, Sudán
Naqa o Naga’a, en Sudán, fue una importante ciudad durante el reino meroítico de Kush. Las ruinas de esta histórica ciudad están situadas a unos 170Km al noroeste de la actual Khartoum y a unos 50Km al este del río Nilo. Su cercanía con el río hace pensar que Naqa pudo haber sido un punto estratégico en las rutas comerciales de la época. Además, en el sitio arqueológico se encuentran dos importantes templos, que ponen de manifiesto la importancia de la ciudad, uno de ellos dedicado al dios Amón y otro a Apedemak, este último cuenta, también, con las ruinas de un quiosco romano. Finalmente, en 2011, la denominada Isla de Meroe, compuesta por Meroe, Naqa y Massawarat es-Sufra, fue declarada Patrimonio mundial de la Humanidad por la UNESCO.

El templo de Amón
El templo de Amón, de estilo egipcio, fue fundado por el rey de Kush Natakamani, quien reinó entre los años 1 y 20 d.C. De igual manera que el templo de Amón de Soleb, este templo fue construido en piedra arenisca, y cuenta con una avenida de carneros similar a la del templo de Amón de Gebel Barkal. Como en muchos de los templos de estilo egipcio, la columnata de carneros conduce a una sala hipóstila, para terminar en un santuario interior. En las principales paredes del templo, como las puertas de entrada o el santuario, contienen preciosos grabados en los que aparecen representados Natakamani y, la que fuera posiblemente su esposa o su madre, la reina Amanitore.








El templo del León
Al oeste del templo de Amón se encuentra un templo dedicado a Apedemak, el principal dios de la mitología nubia. Apedemak, era el dios encargado de proteger a los faraones nubios en la batalla, y solía ser representado con cabeza de león. Con el tiempo, el dios de origen nubio Apedemak llegó a sustituir al mismísimo dios Amón. En el templo podemos encontrar grabados con diferentes representaciones del dios nubio.

El templo del Léon fue erigido por el rey Natakamani y la reina Amanitore, ambos aparecen representados en las paredes del monumento. Si bien la arquitectura del templo puede parecer de estilo egipcio, esta es, en este caso, un claro ejemplo del más puro estilo kushita. Además, la diferencia entre ambos estilos se hace evidente en los grabados del templo. Mientras que los egipcios representaban a sus faraones con cuerpos delgados y esbeltos, los kushitas lo hacían con cuerpos mucho más anchos y rechonchos, más característicos del arte africano.
Grabados del templo del León
En el pilono del templo aparecen, a la izquierda, el rey Natakamani y, a la derecha, la reina Amanitore luchando con un hacha y una espada respectivamente. Además, a los pies de los faraones se encuentran unos leones devorando a los soldados vencidos. Si bien en la cara sur del templo puede verse a los dioses masculinos Apedemak, Horus y Amón junto al faraón, en la cara norte se hallan las diosas femeninas Isis, Mut, Hathor, Amesemi y Satet. Por último, en la parte trasera del templo aparece Apedemak representado con tres cabezas y cuatro brazos recibiendo ofrendas de los reyes Natakamani y Amanitore.




El Quisco romano de Naqa, Sudán
Finalmente, junto al templo del León se encuentra un pequeño quiosco romano. En este pequeño templo confluyen tres grandes culturas de la historia, la griega, la romana y la egipcia. Tanto es así, que el templo es el resultado de una mezcla estas culturas. La egipcia aparece representada en el dintel de la entrada en el que aparecen grabados unos ureos sagrados (representación de la diosa egipcia Uadyet, la cobra sagrada). Mientras que los laterales están formados por columnas con capiteles corintios clásicos del estilo romano. Además, todo ello decorado con motivos helenísticos típicos de la antigua Grecia.




