Todos los hombres de la tribu Hamer deben de superar el ritual de madurez para ser considerados como adultos. Esta celebración, conocida como el Salto del Toro Hamer o Ukuli Bula, consta de cuatro partes, y recibe su nombre por la última de ellas, fase durante la cual el joven hamer deberá saltar desnudo varias veces sobre cinco o seis vacas sin caerse al suelo.
La "Llamada" al Salto del Toro.
La primera fase del ritual la lideran las mujeres cercanas al joven protagonista. Durante esta etapa, las familiares y amigas del chico se dedican a «llamar» a los invitados a la ceremonia haciendo uso de unos cascabeles, que colocan en sus tobillos, haciendo sonar una corneta y cantando. Con el alboroto que generan consiguen que las familias y la gente de los pueblos cercanos se vayan uniendo poco a poco al lugar de la celebración.


Durante la llamada, algunos los miembros de la tribu beben y bailan a la espera de que comiencen las siguientes fases de la celebración, mientras que otros prefieren asistir de público a la fase de la flagelación.




La Flagelación.
La segunda fase del Salto del Toro sea posiblemente la fase más impactante para los asistentes extranjeros. Ya que durante esta parte de la celebración, las mujeres allegadas al protagonista serán latigadas por los hombres de la tribu, también familiares y amigos cercanos del joven.

Esta parte de la celebración es una especie de juego de tira y afloja entre los hombres y las mujeres que participan, en la que ellas entregan ramas de acacia a los jóvenes y les instan a latigarlas, mientras que ellos se niegan y fingen no querer hacerlo.
Para las mujeres esta parte de la ceremonia es la más importante del ritual puesto que les permite mostrar su valor y fortaleza físicas al resto de jóvenes. Tanto es así, que cuanto más cicatrices tenga una mujer hamer, más respetada será entre los suyos y más facilidad para casarse tendrá.
Por esta razón, cuando los hombres las flagelan con suavidad, ellas se enfadan y empiezan a hacer sonar las trompetas para instarles a hacerlo con más fuerza. No es raro ver a mujeres enfadarse entre sí por «colarse» cuando iban a ser latigadas.



El Bautizo de Leche.
La fase previa al Salto del Toro es conocida como el bautizo de leche, en la que el joven protagonista será sometido a un ritual que finaliza con un bautismo con leche de vaca. Antes de comenzar con el rito, los jóvenes allegados al saltador se decoran para la ocasión. Para ello utilizan maquillaje a base de arcillas marrones y blancas, así como de ornamentos hechos con plumas y otros materiales.





Una vez preparados, los jóvenes se reúnen con el resto de invitados, lugar en el cual se llevará a cabo la tercera fase de la celebración. Una vez llega el protagonista, le cubren con una especie de chaleco hecho con pieles de vaca, y lo preparan para el bautismo de leche. Este será el único momento de la ceremonia el que el joven no estará completamente desnudo.
Al tratarse de una ceremonia tribal y no de un espectáculo para turistas se hace bastante complicado fotografiar el bautismo, puesto que entre todos los varones rodean al joven y es prácticamente imposible ver nada. De hecho, algunos de ellos nos apartaban del lugar para conseguir acercarse ellos. No obstante, colocando las cámaras a través de sus piernas pudimos ver cómo practicaban un ritual con pulseras, y posteriormente pintaban al joven Hamer con leche de vaca. Ahora sí, el chico ya está listo para realizar el Salto del Toro.


El Salto del Toro.
El ritual del salto del toro se celebra, cuando cae el sol, en el lugar en el que vive la familia del protagonista, que en este caso se encontraba a seis kilómetros de distancia. Por lo que el joven hamer tuvo que recorrer desnudo seis kilómetros hasta su pueblo, seguido por el resto de familiares que le acompañaron también a pie.


Los hombres de la tribu comenzaron a llegar con las vacas que debería de saltar el joven hamer. Mientras estos colocaban a los animales, algunas de las mujeres seguían cantando y bailando, mientras que otras pedían ser latigadas una vez más.


Finalmente, después de haber recorrido seis kilómetros desnudo campo a través, llegó el joven hamer al lugar del salto. Por fin había el momento esperando, había caído la noche y el chico estaba listo para realizar el Salto del Toro. Si conseguía saltar seis veces las cinco vacas sin caerse, el chaval sería considerado, de ahora en adelante, como un adulto, por lo que ya sería apto para casarse.
El protagonista ni se cayó ni se resbaló en ninguno de los saltos que dio. Al finalizar las seis pasadas, todos le aplaudieron por el impecable Salto del Toro que había realizado. Ahora sí, el joven sería considerado como un adulto por el resto de su pueblo.

Si quieres saber sobre esta interesante cultura te recomiendo leer este artículo dedicado a la tribu Hamer, si lo que te interesa son otros rituales africanos, puedes leer La Donga o El Desayuno Surma.